Una de las causas más frecuentes de dolor lumbar, tras las contracturas musculares, es el síndrome facetario.

Las facetas o carillas articulares son la zona de movilidad de la parte de atrás de la vertebra y se deslizan unos pocos grados en flexión- extensión y menos en rotación. 

Al inflamarse provocan dolor característico en la zona baja de la espalda irradiado a las crestas pélvicas. El dolor aparece con los movimientos ( dolor mecánico) , y típicamente el paciente no tiene dolor en reposo, pero al iniciar el movimiento, por ejemplo al levantarse por la mañana, siente sensación de rigidez en la espalda; esta sensación y el dolor mejoran con la actividad moderada a lo largo del día, sobrecargándose de nuevo si se mantiene mucho tiempo en posturas fijas ( sentado, de pie…). En algunas personas el dolor se irradia hacia delante en la parte de las ingles.

El tratamiento inicial es con calor local, antiinflamatorios y fisioterapia, pero en casos en los que la mejoría no es suficiente una técnica mínimamente invasiva puede aliviar de forma más duradera los síntomas. 

La radiofrecuencia facetaria o rizolisis lumbar es una técnica de infiltración que actúa sobre los pequeños nervios que hay en las facetas y recogen la información del dolor cuando existe una inflamación. Con la radiofrecuencia dichos nervios sufren un calentamiento que hace que se anule el envío de señales dolorosas al cerebro y con ello se mejora el dolor que siente el paciente. El efecto es temporal pero la mejoría puede mantenerse durante meses y hasta 2 años, y permite que se disminuya el consumo de analgésicos. 

La técnica la realizamos en quirófano guiado con rayos X, con anestesia local y con sedación para el confort del paciente, ya que en ocasiones el momento en el que se realiza la radiofrecuencia puede resultar un poco doloroso. Tras la infiltración no es necesario el ingreso, el paciente puede volver a su casa acompañado de un familiar. 

El mantenimiento del efecto depende del peso del paciente y la actividad física que realice. Cuando el efecto desaparece, si el resultado ha sido satisfactorio, se puede repetir de nuevo la técnica sin ningún tipo de efecto secundario.  

Si crees que tu dolor puede corresponder con un síndrome facetario consultanos. Valoraremos el caso para asegurar el origen del dolor y ver si eres candidato a rizolisis lumbar.